Abraham había completado todos los pasos para ofrecer a Isaac en sacrificio. El último acto era el de degollar a Isaac con lo cual se dedicaba esa vida a Dios. En segundo lugar, el ángel de Jehovah (v. 11), es decir, Dios mismo, se manifiesta en forma audible y visible. La respuesta de Abraham, heme aquí (v. 11), es la apropiada para el hombre de fe cuando reconoce la voz de Dios. En tercer lugar, Dios queda satisfecho con la prueba. Ya no hay necesidad de seguir con la prueba hasta el final porque
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